La Festa do Boi, que se celebra en Allariz, es una festividad con profunda raíces que se remontan al siglo XIII. Originalmente vinculada a ferias medievales de comercio de ganado y productos agrícolas, este evento ha evolucionado a lo largo de los siglos, convirtiéndose en una celebración popular profundamente arraigada en la cultura gallega. El boi (toro) llevado en procesión por las calles simboliza la lucha entre el bien y el mal, siendo su derrota un triunfo de la cultura y las tradiciones gallegas.
La Festa do Boi, una celebración vibrante y llena de historia, tiene orígenes que se entrelazan con leyendas y tradiciones locales.
Una de las historias más coloridas narra cómo Xan de Arzúa, un noble de la región, desafió las convenciones al irrumpir en la solemnidad de la procesión del Santísimo durante el Corpus Christi. Se dice que montó un buey, no solo como un acto de desafío, sino también con un propósito más profundo: dispersar a un grupo de judíos que, según la leyenda, mostraban falta de respeto durante la procesión. Esta acción, audaz y provocadora, se ha tejido en el tapiz de la tradición de la fiesta.
Otra versión de la historia sugiere un motivo diferente para el acto de Xan de Arzúa. Aquí, el noble monta el buey no tanto por rebeldía, sino como respuesta a una prohibición impuesta a los forasteros de montar a caballo en la zona. Esta versión pinta un cuadro de resistencia sutil y astucia, donde Xan de Arzúa usa su ingenio para sortear las restricciones, eligiendo un buey como su montura para destacar y desafiar las normas establecidas.
Una tercera hipótesis añade un giro más simbólico y teatral a la Festa do Boi. En esta interpretación, Xan de Arzúa no es un noble de carne y hueso, sino un muñeco de paja, un símbolo creado para ser parte de la procesión. Este muñeco, luego de ser exhibido durante el desfile religioso, se ata a un buey y se corre por las calles, en un acto que fusiona la sátira, la crítica social y el entretenimiento. Esta versión de la historia refleja una dimensión más profunda de la fiesta, donde el humor y la sátira juegan un papel crucial en la celebración y la crítica de las costumbres sociales.
Estas variadas historias sobre los orígenes de la Festa do Boi no solo subrayan la riqueza del folklore y la tradición local, sino que también reflejan cómo una comunidad puede tejer múltiples narrativas para dar sentido y continuidad a sus festividades. Cada versión aporta su propio colorido y matiz, enriqueciendo la tapeza cultural de la festividad y manteniendo vivas las leyendas a través de generaciones.
La Festa do Boi es un espectáculo de una semana de duración que empieza el sábado anterior al jueves del Corpus Christi. Con más de 50 actividades dirigidas a públicos de todas las edades, la fiesta incluye la emocionante carrera del buey por las calles de Allariz. El evento no solo se centra en el buey, sino que también incluye procesiones, música de gaitas, poesía, enfrentamientos musicales y un mercado medieval, todos ellos elementos cruciales que reflejan la rica herencia cultural gallega.
La fiesta también es una ocasión para disfrutar de la exquisita gastronomía gallega. Platos típicos como las empanadas, el pulpo a la gallega y el queso de tetilla están presentes, ofreciendo una muestra del rico patrimonio culinario de la región.
Organizada por la Asociación Xan de Arzúa, la Festa do Boi no solo celebra la historia y la cultura, sino que también es un motor económico impulsado por la comunidad local. El presupuesto de la fiesta, sufragado por la contribución voluntaria de los vecinos, comerciantes y entidades colaboradoras, subraya el compromiso de Allariz con la preservación de sus tradiciones y el fomento del espíritu comunitario.
La Festa do Boi de Allariz es más que una fiesta; es una expresión viva de la historia, la cultura y la comunidad de esta región de Galicia. Cada año, este evento revive las tradiciones y fortalece el vínculo entre el pasado y el presente, manteniendo vivo el espíritu de la villa de Allariz.
Imagen de cabecera: José Antonio Gil Martínez