Consejos para hacer senderismo con perros

Un día al aire libre, senderos por recorrer y el entusiasmo de tu perro explorando a tu lado. Así es el senderismo con perros: complicidad, ejercicio y conexión en plena naturaleza.

¡Aventurarse en la naturaleza con un compañero canino es una de las grandes maravillas de la vida! Nada como la expresión de pura felicidad de un perro al pisar un sendero, donde todo parece despertar su instinto explorador, olfateador y rastreador. Pero, ojo, que una travesía con un perro tiene sus bemoles y requiere, por decirlo de manera sencilla, un poco más de previsión de la que imaginamos. Aquí te dejo algunos consejos para que la experiencia sea una maravilla tanto para ti como para tu amigo peludo:

1. Conoce a tu compañero de caminata

No todos los perros están hechos para el mismo tipo de caminata. Mientras que un husky o un pastor alemán parecen diseñados por la naturaleza para atravesar kilómetros de terreno empinado, otros, como los bulldogs, tienen la energía de una pila gastada después de la primera hora. Así que conoce bien la resistencia de tu perro y planea la ruta en función de ello. Además, siempre es buena idea comenzar con rutas cortas e ir evaluando cómo responde. No querrás terminar cargando al “explorador” a mitad del camino… que sí, he visto hacerlo, y no tiene nada de glamuroso.

2. Equipo para el perrito explorador

Además de sus patas, algunos implementos básicos harán que el paseo sea cómodo y seguro para tu perro:

  • Arnés ajustado y correa larga: Los arneses son mucho más cómodos y seguros que los collares en terreno irregular, evitando que el animal se ahogue si de repente tira. Una correa de longitud media también es ideal, porque permite a tu amigo explorar sin ponerlo en riesgo.
  • Botas para perros: Sí, aunque muchos perros desconfían al principio y caminan como si pisaran agujas de hielo, las botas protegen sus patas de piedras puntiagudas, espinas y hasta del calor del suelo, que puede ser abrasador en algunos terrenos. Prueba ponerle las botas en casa primero; puede que al principio se mueva como un astronauta torpe, pero se acostumbrará.
  • Mochila ligera: Hay mochilas hechas específicamente para perros. Si tu perro es grande y fuerte, puede llevar agua, sus premios y hasta un par de tus snacks. Eso sí, asegúrate de no cargarlo demasiado; la mochila debe ser cómoda y segura para él.

3. Agua y comida, también para ellos

Un perro sediento en una caminata es un perrito infeliz. Los perros, especialmente cuando corren y saltan como si hubieran tomado tres espressos, necesitan hidratarse con frecuencia. Lleva agua suficiente para ambos y un cuenco plegable para facilitarle el proceso. No olvides algunos premios para recompensarlo por su comportamiento (y para evitar que insista en comerse ese excremento de mapache que encontró, una escena que muchos hemos presenciado con espanto y algo de asombro).

4. Recoge siempre, ¡siempre!, sus “regalos”

No hay nada menos poético que caminar por un sendero sembrado de las “huellas” que otros perros han dejado. Lleva bolsas biodegradables y recoge siempre los desechos de tu perro, especialmente en rutas populares. Además de la cortesía, muchos desechos caninos pueden alterar el ecosistema, así que conviene llevárselos hasta una zona de residuos.

5. Ojo con la fauna local

Los perros son intrépidos, casi temerarios, y parece que piensan que pueden enfrentarse a cualquier cosa: desde ardillas hasta osos. Por eso, si sabes que la zona tiene fauna salvaje, mantén a tu perro a una distancia segura y no permitas que lo sueltes para lanzarse a la aventura. Las serpientes, por ejemplo, no tienen un sentido del humor muy desarrollado y podrían dar una sorpresa dolorosa al curioso canino. Además, muchos perros ven en los roedores o pequeños animales locales una especie de enemigo natural; a decir verdad, pocos están preparados para ser recibidos por un zorrillo. Así que mantén siempre la guardia alta para evitar enfrentamientos imprevistos.

6. Haz pausas para el descanso, ¡ambos lo agradecerán!

Aunque el entusiasmo canino puede ser desbordante, también ellos necesitan descansar. De hecho, los perros no siempre muestran signos evidentes de agotamiento hasta que es demasiado tarde. Encuentra un rincón sombreado, saca el agua y permite que ambos recuperen energía. A veces un buen descanso en el campo es la parte más encantadora del paseo, sobre todo si hay alguna roca cómoda en la que el perro puede ponerse panza arriba para disfrutar del sol y de tus cariños.

7. Vigila las garrapatas y pulgas

Después de un día de aventuras, antes de dejar que tu perro se apoltrone en el asiento trasero del coche, dale una revisión en busca de garrapatas y pulgas. Nada mejor que una caminata por la naturaleza para llevarse un souvenir indeseado en forma de bichitos. Lleva un peine para perros y revisa especialmente detrás de las orejas, el cuello y las patas.

Disfruta y deja que disfrute

Si bien algunos perros responden maravillosamente bien a las órdenes, la idea es que ambos se relajen y disfruten. Dales un poco de libertad de movimiento cuando sea seguro y déjalos olisquear todo cuanto les plazca. Para ellos, cada planta es un mensaje, cada árbol un monumento, y cada arbusto un mundo en miniatura. Una caminata para ellos es una oportunidad de conectar con el entorno, y tú también puedes aprender a ver el mundo desde esa perspectiva, permitiéndote disfrutar más allá de la prisa o del “destino”.

Llévate estos consejos y lánzate al sendero con tu amigo fiel, que seguramente te enseñará a mirar con otros ojos cada rincón del camino, siempre curioso, olfateando, marcando territorio, y haciéndote compañía con esa alegría canina que, honestamente, ¡es el mejor tipo de alegría!

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